Roma, la ciudad de las siete colinas, la «Ciudad Eterna», es considerada el museo al aire libre más impresionante del mundo y está situada en el primer puesto entre las mejores ciudades para turistas e historiadores. Es una ciudad con grandes atractivos turísticos, como el Coliseo, el Panteón de Agripa, el Foro Romano, el castillo Sant’Angelo, la Fontana di Trevi, la Plaza de España y la Basílica de San Pedro del Vaticano, que despertarán en ti el deseo de volver una y otra vez a esta apasionante capital italiana.

Hoy en día no resulta complicado buscar información sobre qué visitar en Roma durante nuestra estancia. Por ello, he decidido contaros cositas, anécdotas y curiosidades sobre el Foro Romano y el Monte Palatino, que solo puedes conocer a través de las sabias palabras de los guías turísticos especializados en la Edad Antigua. Mi consejo, sobre todo en la ciudad de Roma, es contratar la excursión de Coliseo, Foro y Monte Palatino para así comprender por qué Roma fue la ciudad imperial. Mi intención es ayudar a comprender antes del viaje su valor arqueológico, resaltar su legado cultural que ha llegado hasta nosotros y que tanto desconocemos, y también poder servir a los viajeros rezagados que no compraron las entradas con suficiente antelación (en temporada alta puede estar completo incluso dos meses antes).

EL FORO ROMANO

Como el Foro Romano no tiene un itinerario a seguir, empezaremos por el inicio de su construcción: La Vía Sacra. Esta era la calle más importante de la antigua Roma. Esta calzada era usada para las grandes ceremonias sagradas, lugar donde rendir homenajes y para la investidura del poder. Supuestamente, una leyenda asegura que fue el lugar en el que Rómulo y Tito Tacio glorificaron el pacto tras el Rapto de las Sabinas haciendo sacrificios a los dioses. De ahí su nombre de Vía Sacra.

Entonces, ¿qué legado nos ha podido dejar una larga y ancha calzada pavimentada con grandes losas de piedra? Pues resulta que muchas ciudades europeas han sido trazadas al modelo romano. Cuando se construía una nueva ciudad, se trazaban dos vías perpendiculares entre ellas, el Cardo y el Decumano, luego se trazaban otras vías paralelas que eran las secundarias, configurando un plano ortogonal. Entonces, en su centro, donde estas 2 vías principales se cruzaban, dejaban una amplia zona para construir el Foro Romano. Sin embargo, cuando conquistaban ciudades con un plano urbanístico ya trazado, entonces los reconstruían para así adaptarlo al estilo romano.

El Foro de la ciudad de Roma, era el lugar al que acudían los «ciudadanos» y lo dejo bien marcado porque no todos los que vivían en Roma eran considerados ciudadanos. Los individuos que gozaban de la ciudadanía romana era porque su posición social era privilegiada en relación con las leyes, status social, propiedad y acceso a posiciones de gobierno. Fuera de este grupo de élite quedaban los peregrini, los esclavos y también las mujeres. Pues bien, es en el gran Foro donde la alta clase social acudía de buena mañana a realizar negocios y actividades políticas, antes de ir a las termas romanas a mitad tarde y dedicarse al ocio. Allí se encontraban los edificios principales del gobierno como: la Curia, los Comicios, el aerarium (para custodiar el tesoro romano) y el tabularium (donde se encontraban los documentos gubernamentales). Además de edificios religiosos, como el templo y la casa de las Vestales, entre otros.

¿Qué edificios de la antigua Roma podemos encontrar? Pues vamos empezando a nombrar los edificios que se han mantenido en mejor estado a través de los siglos.

Cárcel Mamertina: El Carcer Tullianum, la cárcel más antigua de Roma, fue un terrible encierro para los enemigos de Roma, entre ellos Vercingétorix (vencedor de cien batallas), líder galo que reunió a las tribus galas para repeler la invasión romana de Julio César en 52 a.C. mundialmente conocido por los cómics de Asterix y Obelix. Años más tarde, estas celdas tuvieron entre sus paredes a otros dos personajes mundialmente famosos, los apóstoles Pedro y Pablo.

El templo de Saturno: Templo dedicado al dios de la agricultura y la cosecha del que solo quedan 8 columnas jónicas de granito egipcio, rosas y grises. Sería difícil contestar a la pregunta sobre qué es el Foro Romano sin que este templo existiera. Se utilizaba como casa del tesoro y también, era el lugar donde los romanos festejaban cada diciembre la Saturnalia. Os explico cómo se celebraba esta fiesta: Los festejos se iniciaban con un sacrificio en este Templo seguido de un gran banquete público, donde se intercambiaban regalos. Para llamar la atención del Dios, se decoraban las casas con plantas y velas. ¿Habéis encontrado alguna similitud a alguna fiesta que celebramos hoy en día?

Aunque oficialmente la fiesta era del 17 al 23 de diciembre, la tradición y el cachondeo romano, porque sí, a los romanos les gustaba mucho la fiesta, los bailes y las chanzas, tanto que incluso en las termas romanas habían chistes inscritos en la pared, fueron aumentando los días festivos. Cesar los aumentó dos días más, Calígula (gran fiestero) lo aumentó otro al que llamó día de la juventud y Domiciano lo estableció finalmente en un ciclo de siete días constituyendo desde entonces hasta su prohibición con la llegada del cristianismo una de las feriae más importantes de Roma. Un dato curioso es que durante las Saturnales, los esclavos eran frecuentemente liberados de sus obligaciones y sus papeles, en algunos casos cambiados con los de sus dueños. Una costumbre que todavía persiste entre la alta sociedad inglesa.

Templo de Saturno

Arco de Septimio Severo fue realizado para solemnizar los triunfos de este emperador en sus batallas en Oriente Próximo. Fue construido por sus hijos, Caracalla y Geta, cuando fueron coemperadores. En la antigüedad, una cuadriga de bronce conducida por el Emperador Septimio Severo y sus dos hijos coronaba esta magnífica obra. A pesar de parecer una familia feliz, los hermanos no tuvieron muy buena relación que digamos a causa de rivalidades por el poder. Un día, cuando Geta estaba reunido con su madre, entró Caracalla y con la daga en la mano se abalanzó sobre su hermano. Éste, herido mortalmente, dijo las célebres palabras entre los brazos maternos: «Madre, madre, que me diste el ser, madre, ayúdame, porque me matan». Lo cierto es que son sus Termas las que han pasado a la posteridad enmascarando al que fue un emperador violento, despiadado y cruel.

Columna di Focas es el último de los monumentos erigidos en el lugar y está dedicada al Emperador Bizantino Focas. Su origen data del año 608. Focas era popularmente conocido por su crueldad, habiendo asesinado a su antecesor y a su hijo para acceder al poder. Todo un padrazo y el hijo que todo padre querría tener. En un principio, sus asesinatos no conmovieron a la población, pues supo ganarse el aprecio de Roma al donarle el Panteón al Papa Bonifacio IV, quien posteriormente lo dedicó a los Santos Mártires y a la Virgen María. Focas fue capturado, torturado y asesinado en el año 610 d.C.

Arco de Septimo Severo y Columna de Coca

Al fondo el Arco de Septimo Severo y la Columna de Focas en frente.

La Curia. En los tiempos de la Antigua Roma, la curia era una subdivisión del pueblo, más o menos identificada con una tribu. Esta estratificación de la sociedad en las tres tribus originales de Roma fue: Ramnenses, cuyo nombre deriva de Rómulo, Titienses, que traen el suyo de Tito Tacio, y Luceres, de los cuales se ignora el origen y el porqué de su denominación. La primera tribu estaba formada por los latinos, la segunda por los sabinos y la última por los etruscos, un pueblo de procedencia desconocida y que en principio dominó a los otros. Cada una de las tres tribus estaba formada por diez curias y cada una de estas por un determinado número de Gens.

La Curia Julia: Esta era la sede del Senado. Su nombre se debe a que fue el propio Julio César quien inició su construcción, siendo Augusto, el primer emperador de Roma, el que terminó la obra. Hoy en día solo podemos apreciar el material de la construcción, ya que los exteriores revestidos en mármol han desaparecido. Las malas lenguas dicen que las podemos ver, junto con las losas marmóreas del Coliseo, adornando las paredes del Vaticano.

El templo de Cástor y Pólux: Del templo de los Dioscuros, Cástor y Pólux, solo quedan tres columnas, consideradas las más elegantes de la antigüedad. Fue construido en honor a estos dos gemelos, que según una leyenda condujeron a los romanos a la victoria contra los tarquinos y los latinos en la batalla del Lago Regilo.

El templo de Cástor y Pólux

La Basílica Emilia: Esta basílica ya no conserva su estado y solamente quedan de ella algunas ruinas que recuerdan a tiempos mejores.

Templo Antonino y Faustina: Posiblemente el mejor conservado del Foro Romano. Situado sobre la Vía Sacra, al lado de la Basílica Emilia y casi enfrente de la Regia. Su formidable estado de conservación se debe a que se salvó de la destrucción en la Edad Media al ser convertido en la importante iglesia de San Lorenzo in Miranda.

La Regia: Cerca de la Casa de las Vestales, en la parte oriental, encontramos algunos vestigios de la Regia, la cual no sigue en pie.

El Templo de Vesta y la Casa de las Vírgenes Vestales: Un templo circular del que podemos asegurar que era el alma de la antigua Roma, ya que está vinculada al culto más antiguo de la ciudad hasta el nacimiento del cristianismo. Esta casa, era la residencia de las Vírgenes Vestales, las sacerdotisas que custodiaban el fuego sagrado de Vesta, un fuego que no debía apagarse, y que según las creencias romanas, garantizaba la supervivencia del estado romano. Era un símbolo de vitalidad y de buenos augurios, ligado a la religión y a los dioses protectores del hogar y de la ciudad de Roma. Mil años las vírgenes vestales mantuvieron vivo el fuego sagrado hasta que el emperador cristiano Teodosio las obligara a extinguirlo en el año 391 d.C.

El Templo de Vesta y la Casa de las Vírgenes Vestales:

La Basílica de Majencio: Este monumento, es el último y más grande edificio profano de la época del Imperio, pues se empezó a construir durante su mandato de Majencio, emperador romano de Occidente, y no fue hasta el 310 d.C. cuando se finalizó la obra con la llegada al poder de Constantino el Grande, el primer emperador cristiano.

El arco de Tito: Este arco, de un solo vano, es uno de los dos arcos que quedan intactos dentro de lo que es el Foro Romano. Se construyó en honor a la victoria que tuvo Tito, hijo de Vespasiano, sobre la ciudad de Jerusalén. Dentro del arco podemos ver una imagen de Tito con la cuadriga cuando entra triunfal en Roma. Sin embargo,  fue Domiciano, el hermano de Tito, el que alzó este arco del Triunfo. Se dice que cuando Vespasiano murió, antes de su último aliento, aseguró que se convertiría en un Dios, y al ser sucedido por su hijo Tito, éste quiso deificarlo construyendo un templo en su honor. Pero al igual que ocurrió con su arco, Titó murió antes de su construcción y el proyecto pasó a manos de su hermano Domiciano, quien lo dedicó a ambos.

Arco de Tito al fondo desde el arco de Septimio Severo

Arco de Constantino junto al Coliseo

El templo de Rómulo: Cerca de la Basílica de Majencio, tenemos uno de los edificios mejor conservados e interesantes dentro del foro: Este Rómulo nada tiene que ver con los fundadores de Roma y su mitológica loba. El Templo de Rómulo realmente estaba dedicado a Valerio Rómulo, el hijo de Majencio que una vez muerto fue divinizado.

El Templo de Venus y Roma: Construido bajo el mandato del emperador Adriano, quien también terminó el Panteón de Agripa en el 121 de nuestra era y fue inaugurado por él mismo en el año 135. Los expertos aseguran que posiblemente fue el templo más grande de la Antigua Roma, y estaba dedicado a las diosas Venus Felix y Roma Aeterna (de aquí la famosa «Roma Eterna»).

Y como cada pastel debe ser coronado con su guinda, he dejado para el final el Templo del Divino Julio: En el lado sur del foro, cerca del Arco de Septimio Severo, se sitúan los restos del templo del general romano más grande de todos los tiempos, según algunos, y más veces llevado al cine: Julio César. Éste se encuentra encima del sitio en el que el cuerpo de Julio César fue quemado y en el que todavía hoy recibe ofrendas. Este templo fue creado por su hijo adoptivo Augusto en el 29 a.C. Efectivamente era hijo adoptivo porque durante la República se intentó evitar a toda costa volver a la Monarquía y por tanto el poder no era hereditario sino que se elegía al más cualificado para el cargo y para que no hubiera represalias eran adoptados. A partir de Augusto y su idea de Imperio la cosa fue cambiando.

MONTE PALATINO

La historia del Palatino de Roma va ligada a la tradición romana, la que narra que los hermanos gemelos Rómulo y Remo fueron encontrados a orillas del río Tíber por una loba llamada Luperca, que los amamantó. Estos niños, que eran hijos de Rea Silvia, sacerdotisa de la Diosa Vesta, y el Dios Marte, fueron echados en una cesta al río por su tío abuelo el Rey Amulio, desde la ciudad de Alba Longa. De la cual provenían. Ya que este descendiente del famoso héroe de la guerra de Troya Eneas trató de matar a todos los herederos de su trono y, además, destronó a su hermano Numitor, abuelo de los pequeños. Rómulo y Remo, tras ser encontrados por la loba, fueron más tarde recogidos por un pastor que los crió como a sus hijos. Y al crecer regresaron a Alba Longa, donde mataron a Amulio y devolvieron el trono a su abuelo Numitor. Años más tarde, los hermanos decidieron fundar una ciudad en el lugar donde crecieron, y no poniéndose de acuerdo sobre en qué colina hacerlo, después de una discusión Rómulo mató a Remo. Entonces Rómulo, arrepentido, enterró a su hermano en la cima del Monte Palatino, lugar en el que había decidido que fundaría la ciudad de Roma, el 21 de abril del año 753 antes de Cristo.

La palabra «palacio» viene de «palatino», y fue desde el periodo republicano cuando los ciudadanos pertenecientes a la clase alta construyeron suntuosos palacios en este lugar. Augusto, quien fue adoptado como hijo por su tío abuelo Julio César, político y militar en la época de la República, quiso construir también su residencia aquí en el Palatino. Porque era un lugar cargado de gran simbolismo: el lugar donde supuestamente vivieron Rómulo y Remo. Su idea era que, al instalarse en la colina palatina romana, se recuperara el lugar y el culto de los orígenes del espíritu romano. Por lo que sus sucesores también eligieron la colina palatina para levantar sus palacios y legitimar su poder. Se amplió de tal manera que los sucesores de Augusto se hicieron con toda la Colina Palatina. Es por ello que desde el Palatino podemos divisar tanto el Foro, el Coliseo como el Circo Máximo situado al otro lado de la colina. En el Palatino podemos destacar:

Domus Severiana. De este palacio solamente nos han llegado las grandiosas subestructuras de ladrillo en la esquina de la colina, que fueron utilizadas para crear una plataforma artificial, tenía unas increíbles vistas al Circo Máximo, al Monte Aventino, al Monte Celio y desde las que podías divisar incluso las Termas de Caracalla.

Domus Augustana. La Domus Augustana era la residencia del emperador utilizada hasta finales de la época imperial y bizantina. La cual posee dos plantas y vistas privilegiadas al Circo Máximo. No hay que confundirla con la Casa de Augusto.

Museo Palatino. Restos del palacio de Domiciano y hoy en día contiene en sus estancias frescos, mosaicos, esculturas y más objetos encontrados en la colina palatina. Este edificio fue residencia del dictador Benito Mussolini, el cual llegó a autoproclamarse el tercer fundador de Roma después de Rómulo y Augusto. ¡Increíble!

Domus Flavia. Este magnífico palacio se empezó a construir en el año 81 encargado por Domiciano, de la Dinastía Flavia, los constructores del Coliseo, y fue terminado en el año 92, siendo utilizado como su residencia oficial.

La Casa de Augusto. La morada del primer emperador de Roma fue edificada en dos niveles, y hoy en día, todavía podemos admirar en ella gran parte de los suntuosos y coloridos frescos que la decoraban en algunas estancias de su interior. Fue empezada a construir en el 36 a.C. en la colina palatina, por órdenes del emperador Augusto cerca del Lupercal, la cueva en la que supuestamente la loba amamantó a Rómulo y Remo. Todo hecho de forma intencionada, para que fuera vinculado éste con los fundadores de Roma. Aunque Augusto fue el primer emperador romano, se caracterizó por ser una persona modesta, por lo que su casa no tuvo nunca la magnificencia de otros palacios como el de Nerón. Esta casa fue descubierta en 1969. El hombre, que llegó a ser el más poderoso del mundo, combinó estancias más modestas y pequeñas para uso privado, como la conocida Casa de Livia, con otros espacios más grandes con funciones representativas.

Casa de Augusto

Casa de Livia. Situada junto a la casa de su esposo, Augusto. Más que una vivienda en sí, se considera parte de las estancias privadas de la Casa de Augusto y eran utilizadas por Livia para sus usos personales. Ambas se encuentran muy próximas una de la otra y comparten frescos de la misma época.

Domus Tiberiana. Este palacio supuso el escopetazo de salida de la transformación de los palacios imperiales, llenos de lujo y magnificencia. Impresiona verlo desde el foro. Fue creado por Tiberio, aunque más tarde sufrió ampliaciones y restauraciones hacia el lado del Foro de Calígula (el más cruel de los emperadores), de Nerón y de otros emperadores como Domiciano. Este palacio se conservaba tan bien en el siglo VII, que incluso dicen que el Papa Juan VII lo utilizó como vivienda. No obstante, tras su abandono en el siglo X y durante la época del Renacimiento, fue enormemente expoliado.

Jardines Farnesianos. Estos jardines fueron creados en el periodo 1525-73, en una parte de lo que fue la Domus Tiberiana en la zona norte, por encargo del Cardenal Alessandro Farnese para construir su residencia de verano. Lo curioso de los Jardines Farnesianos es que fueron los primeros jardines botánicos de propiedad privada de Europa.

El Criptopórtico de Nerón. Formaba parte de su espectacular Domus Aurea, el palacio más grandioso jamás construido en Roma. Fue realizado por Nerón tras el gran incendio del año 64. Este palacio, que ocupaba cerca de 50 hectáreas y se extendía incluso más allá del Coliseo desde el Palatino, fue intentado borrar de la historia por los emperadores que le sucedieron. Pero aquí, aún se conservan los restos de una galería de su palacio semisubterráneo. Este criptopórtico se utilizaba para la circulación e incluso el almacenaje, y era capaz de soportar las estructuras que había sobre él.

Hipódromo de Domiciano. Aunque realmente se desconoce su auténtico uso, parece un circo romano. Sin embargo, hay controversia sobre si fue un estadio creado para carreras de cuadrigas, ya que no tiene accesos para carruajes, o si fue un espacio utilizado para carreras de personas a pie. Otras teorías señalan que igual fue tan solo un bonito jardín debido a la gran cantidad de estatuas que se hallaron en él.