Cuando hablamos de Navidad, nos viene a la mente el frío, la nieve, los aromas de los asados, los dulces, y también las canciones y los valses de Strauss y es que ha llegado el momento por lo que Viena se ha preparado durane todo el año. Las aceras se cubren de paradas bellamente decoradas, en el cielo cuelgan luces que ofrecen una calidez especial, al doblar cada esquina unos escaparates engalanados con un exquisito gusto acompañan tu paso, o un agradable tintineo de un coche de caballos se disponen a dar su tranquilo paseo por el casco antiguo de Viena.

A pesar del frío, el invierno es uno de los mejores momentos para viajar. Escuchar el murmullo de un coro de villancicos alrededor de un precioso arbol decorado mientras miras caer los copos de nieve desde la ventana de algún bonito café con una taza de caliente y humeante Wiener Melange, es sin duda, el lugar perfecto para sentir la magia de la navidad.

Cualquiera que haya visitado Viena (y en especial durante el invierno) podrá dar fe de que es imposible evitar entrar a un café vienés. Son elegantes, refinados, cálidos y forman un aspecto cultural inherente en la vida de la capital austríaca. Tanto, que hace pocos años la UNESCO incluyó esta práctica social en su lista de Patrimonio Cultural Intangible. Pocos sitios ofrecen la oportunidad de sentarte en la mismas mesas donde en algún momento se sentaron Sigmund Freud, León Trotsky, Arthur Schnitzler, Gustav Klimt o Franz Kafka. En el mismo sitio donde surgió la inspiración para crear obras literarias de fama universal.

La historia del Wiener Melange se remonta al año 1683. Cuenta la leyenda que las tropas cristianas  bajo las órdenes de Juan III Sobieski, rey de Polonia, lucharon contra el ejército turco dirigido por el gran visir Kara Mustafá que contaba con 125.000 soldados con los que había conseguido sitiar la ciudad de Viena durante casi dos meses. El día 12 de septiembre del año 1683, en la batalla de Kahlenberg, las tropas imperiales lograron vencer al ejército otomano liberando la ciudad de Viena del asedio

La desordenada retirada de las tropas turcas dejó a las milicias victoriosas con valiosos tesoros entre ellos se encontraban: 25.000 tiendas de campaña, 10.000 bueyes, 5.000 camellos, una gran cantidad de oro y muchos sacos de café, tan desconocido para los vieneses y por supuesto para toda Europa que en un principio pensaban que eran alimento para los camellos.

Según cuenta la leyenda, el rey polaco Jan III Sobieski concedió los sacos a uno de sus oficiales de origen polaco llamado Jerzy Franciszek Kulczycky mensajero imperial y un fuerte hombre de negocios quien gracias al café otorgado por el Rey fundó la primera cafetería vienesa llamada “Zur Blauen Flasche“ (“La botella azul”). Después de hacer varios experimentos con el café, ya que su sabor fuerte no era muy apreciado entre sus clientes, añadió un poco de azúcar y leche, y de esta manera surgió la tradición del café vienés. No cabe duda de que esta leyenda es la historia del nacimiento de una de las bebidas más consumidas en todo el mundo, el siempre deseado café con leche, y también el principio de todos aquellos otros cafés que en su elaboración incorporan leche, espuma de leche, nata montada, nata semimontada, nata liquida, leche condensada, como el famosísimo Capucchino.

En los cafés de Viena podemos encontrar una extensa variedad de Café Vienés y por supuesto, como es costumbre en casi todos los cafés de Viena, con cada café nos servirán un vaso de agua para refrescar el paladar, eso sí, no dejes de tomarlo acompañado con un buen trozo de tarta Sacher o un caliente y especiado Strudel.

INGREDIENTES

2 tazas de café espresso o café bien cargado
2 yemas de huevo
4 cdas. de azúcar morena
Nata al gusto
Cacao en polvo

PREPARACION

Batir las yemas de huevo con el azúcar morena hasta que se vuelva espumosa (como un ponche de huevo). Verter la mezcla en un vaso alto y agregar el café caliente y el azúcar. Agregar la nata previamente montada, teniendo cuidado de no mezclar los líquidos. Adorne el café vienés con cacao en polvo (o virutas de chocolate negro).

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