Playmobil, Figura, Juguetes, Reyes Magos

Después de días y días tras los fogones, no podíamos terminar nuestro reto sin cocinar uno de los postres mas entrañables de las fiestas navideñas: el Roscón de Reyes.

Por mucho que la fiesta de Reyes y el roscón se vinculen a día de hoy principalmente a España, su origen es compartido con Francia. De hecho, allí el Gâteau des Reis es idéntico a nuestro roscón, al igual que la Gallete des Reis -una tarta de hojaldre rellena de crema de almendras- confirman esta relación. El Bolo Rei en Portugal o el Koningentaart en Flandes y la Rosca de Reyes en México o Colombia confirman que, en realidad, el roscón es más internacional de lo que podría pensarse.

Para saber su origen es necesario adentrarse en la historia, hasta el S. II a.C., en el que a mediados del mes de diciembre se celebraban «las saturnales», fiestas en las que los romanos homenajeaban a Saturno (dios de la agricultura y las cosechas) y celebraban el final de la temporada agraria. Para esta celebración se preparaba una torta a base de miel, con higos, dátiles y frutos secos, la elaboración de esta torta se realizaba año tras año, hasta convertirse en el dulce más popular de «la fiesta de los esclavos», como se solía llamar coloquialmente a esta celebración. Más tarde se añadiría el haba, como símbolo de fertilidad y buena fortuna para aquel que la encontrara en su porción. Con la imposición del cristianismo en el imperio romano, las fiestas paganas comenzaron a desaparecer. Las que consiguieron perdurar, como la torta con el haba, se transformaron y evolucionaron, adquiriendo la forma del roscón de reyes actual.

Vale, ahora vamos a dar un salto hasta el siglo XVIII, en el que un cocinero que buscaba contentar al pequeño rey Luis XV, introdujo una moneda de oro. La moneda a partir de este momento se popularizó por encima del haba. En España, fue Felipe V quien trajo la moda de introducir una moneda en el roscón, que con el paso de los años pasaría a ser una figura de cerámica, y daría una connotación negativa al haba.

La receta original no llevaba fruta escarchada, se trataba de un bollo seco espolvoreado con azúcar. El uso de la nata en el roscón se popularizó en la década de los 60. Ahora es el favorito de España, al menos el 80 % de los roscones consumidos en esta época son de esta variedad, más de 28 millones al año.

Y con el roscón terminamos nuestro reto navideño. Mañana 6 de enero, como buenos pajes de Sus Majestades, publicaremos el nombre de la persona que mas fotos ha publicado con nuestro reto y por tanto, el nombre del gandador de un fin de semana para dos personas. Esta foto puede ser decisiva, así que súbela hoy 5 de enero con nuestro lhasthag #europexmaschallenge, y sed buenos o mañana tendréis montañas de carbón.

Para 1 unidad

  • Harina de fuerza400 g
  • Mantequilla a temperatura ambiente70 g
  • Azúcar100 g
  • Huevos2
  • Ron (licor)20 ml
  • Agua100 ml
  • Leche30 ml
  • Ralladura de naranja1
  • Levadura prensada20 g
  • Agua de azahar media cucharadita
  • Sal
  • Almendras en láminas
  • Fruta escarchada
  • Azúcar granulado

Preparación

Empezamos poniendo en un bol grande 350 g de harina, hacemos un hueco en el centro y en él añadimos el azúcar, la levadura disuelta en el agua templada, el ron, la leche, la ralladura de naranja, el agua de azahar y la mantequilla. Mezclamos ligeramente y añadimos uno de los huevos y la pizca de sal y amasamos.

Cuando se hayan unido todos los ingredientes, ponemos la masa sobre una superficie enharinada y seguimos amasando hasta que la masa quede elástica y no se pegue a la superficie. Si es necesario, vamos añadiendo harina poco a poco, aunque no debemos dejar que la masa quede demasiado seca, sino más bien pegajosa.

Formamos una bola con la masa y le hacemos un agujero en el centro. Con cuidado, lo vamos estirando y agrandando, dando forma al roscón. Lo colocamos sobre una bandeja de horno, en un lugar cálido y lo dejamo levar por lo menos una hora. Precalentamos el horno a 200ºC.

Mientras pintamos el roscón con el otro huevo batido y lo decoramos con la fruta escarchada, las almendras fileteadas y el azúcar granulado. Por último, horneamos el roscón entre 15 y 20 minutos a 200º o hasta que la superficie esté dorada. Dejaremos enfriar ligeramente antes de degustarlo.