Monumento enfrente de la sinagoga vieja en homenaje a los polacos católicos que ayudaron a los judíos durante la ocupación nazi y fueron asesinados por esa causa.
Cracovia es una de las ciudades más bellas de Europa. Capital de Polonia durante siglos, esta ciudad, situada en los márgenes del rio Vístula, posee un legado cultural y arquitectónico realmente importante: estilos renacentista, barroco y gótico con vitrales, esculturas y pinturas y un pasado medieval y legendario, confieren a la ciudad un carácter único que le valió ser nombrada en 1978 Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Sin embargo, hay un patrimonio mayor que el castillo Wawel, la catedral, sus coloridas plazas o sus veintiocho museos. Cracovia va a estar siempre ligada al horror del holocausto nazi durante la II Guerra Mundial. Y si bien es cierto que cuando hablamos de cultura y legados históricos solemos pensar en “cosas” más amables, visitar el barrio judío de esta ciudad o el campo de concentración de Auschwitz, debería ser considerado un acto de memoria histórica que va mucho más allá de la cultura o el turismo.

Monumento dedicado a los 65000 judíos que vivían en Cracovia.
Un poco de historia
Desde el 6 de septiembre de 1936 hasta el 19 de enero de 1945, Cracovia, fue ocupada por el ejército nazi. Al estar durante toda la contienda bajo dominio alemán, Cracovia, tuvo la “suerte” de no ser bombardeada, por lo que hoy podemos visitar toda aquella zona apreciando los lugares turísticamente históricos.
Hay lugares en Cracovia en los que todavía es visible el sufrimiento de aquellas gentes y que, con algunas variaciones, podemos visitar. El barrio de Kazimerz, donde residía la comunidad judía, el barrio de Podgorze donde se construyó el gueto, el barrio de Plaszow, donde se instaló el campo de concentración de la ciudad y las dos sinagogas.
Hay también un lugar cercano pero alejado de la capital; Auschwitz, el mayor centro de exterminio nazi.
El gueto de Podgorze
Antes del comienzo de la II Guerra Mundial habitaban más de 64.000 judíos, un 25% de su población. A medida que avanzó la guerra y tras el exilio de miles de personas, su población descendió a unos 16.000 habitantes.

El 3 de marzo de 1941, las autoridades alemanas decretaron la creación de un barrio de viviendas en el distrito de Podgorze en el que todos los judíos de la ciudad tuvieron que trasladarse de forma obligatoria y forzosa, abandonando sus casas, sus pertenencias y sus negocios o empresas. La zona, con alrededor de unas 300 viviendas y unos 3.000 habitantes, pasó de golpe a recibir a más de 15.000 personas por lo que muchos familias completas se vieron obligadas a compartir vivienda con hasta cuatro familias más.

Con el paso de los meses esta zona fue amurallada de tal forma que, en un enorme ejercicio de cinismo, sus muros fueron tapiados con la forma típica de las lápidas judías de los cementerios.
No fue hasta 1943 que los nazis liquidaron el gueto de Cracovia, pero en aquel entonces miles de personas habían muerto de inanición, obligadas a subsistir con 25 gramos de comida al día.
En sus dos años de existencia, los nazis fueron asesinando a miles de judíos, incluidos niños, discapacitados mujeres o ancianos. Aquellos que consideraban aptos para el trabajo fueron enviados al campo de concentración de Plaszow, construido sobre los cementerios judíos de la ciudad. El resto fueron enviados a Belzec o Auschwitz en lo que se denominó Operación Reinhard
Dentro de lo que en su día fue el gueto de Cracovia todavía hoy podemos visitar tres lugares históricos importantes.
La antes llamada Plaza Zgody, situada en el centro del gueto podemos encontrar la farmacia del Águila donde el farmacéutico Tadeus Pankiewiz ayudó a los judíos con medicamentos y salvó la vida de innumerables personas ayudándoles a salir de ahí, y la también famosa fábrica de acero de Oscar Schindler, inmortalizada en la película de Steven Spielberg La lista de Schindler.
En la propia plaza Zgody actualmente hay un monumento que esta renombrando la plaza, cada vez más conocida como la plaza de las sillas. Este monumento formado por multitud de sillas, es un homenaje del mismo Roman Polansky hacia los judíos que eran citados, al igual que él, en esa misma plaza a la espera de ser seleccionados para ser trasladados a los campos de concentración de Belzaec, Auschwitz, al cercano campo de Plaszow o, simplemente, ser asesinados en un rincón de la plaza.
Cerca de 1000 personas, ancianos, niños, discapacitados o madres que no querían abandonar a sus hijos, médicos del gueto y ayudantes fueron fusilados en ese mismo lugar. Durante los días 13 y 14 de marzo de 1943 el ejército nazi remató el gueto y al final de la última jornada, pasaron por cada una de las casa vacías asesinando a todo aquel que tratara de esconderse.

Cada silla representa a 1000 judíos. Las 33 sillas grandes representan a los adultos y las 27 sillas pequeñas a los niños. Casi todas están orientadas hacia Auschwitz que es el lugar a donde la mayoría de los judíos fueron trasladados, pero también hay algunas que están giradas en dirección a la fábrica de acero de Schindler, otras en dirección a la farmacia del Águila y una de ellas está orientada a un callejón sin salida donde muchos judíos eran fusilados.
El motivo de que sean sillas las que formen este homenaje es por la cantidad de tiempo que los judíos debían esperar su destino, tan largo y angustioso que los nazis, como gesto “humanitario”, les permitían llevarse una silla en la que sentarse durante la espera.

Plazsow
Plazsow era el capo de concentración que construyeron dentro del gueto de Cracovia. En él, actualmente hay una zona verde algo desangelada y evocadora en donde se levanta un monolito en memoria de las miles de víctimas del holocausto nazi.


La construcción de este campo de concentración fue supervisada por el fatalmente conocido Amon Göth, un oficial que cometió miles de asesinatos de forma arbitraria e indiscriminada sobre la población reclusa del campo. Interpretado por Ralph Fiennes en La lista de Schindler, este oficial disparaba desde su balcón por las mañanas como una forma de comenzar el día deportivamente. Llegó a disparar a un judío porque “era demasiado alto”. Sus dos perros Rolf y Ralf, estaban adiestrados en cazar judíos y en desgarrar y atacar hasta causar la muerte. Este oficial fue juzgado y condenado a la horca el 13 de septiembre de 1946.

Las dos sinagogas
En la antigua zona judía de Cracovia nos podemos encontrar con dos sinagogas. La sinagoga Remuh, la única sinagoga de Cracovia que sigue abierta para el culto y se pueden realizar visitas tanto a su interior como al cementerio adyacente. Durante la ocupación nazi los alemanes la utilizaron como almacén y destruyeron el cementerio, usando las lápidas para empedrar las calles. La única lápida que quedó entera fue precisamente la del rabino Remuh, muy querido por los fieles pues sigue siendo lugar de peregrinación entre la comunidad judía, y cuya construcción se realizó en su honor.


La sinagoga vieja o Stara es no solo la sinagoga más antigua de Cracovia, sino la más antigua de toda Polonia. Durante la ocupación los nazis destruyeron su interior y también fue usada como almacén. En la actualidad alberga exposiciones sobre las tradiciones y estilo de vida de los judíos y ambas actualmente son centros de peregrinaje para todos los judíos del mundo.

Jan Karsi
Fue miembro de la resistencia polaca e informó al gobierno polaco en el exilio y a los aliados acerca de la situación de los judíos en Polonia, sobre todo del gueto de Varsovia y de los campos de exterminio. Fue la primera voz que se alzó en defensa de los judíos y denunció los crímenes contra la humanidad que estaban realizando los nazis pero en su momento nadie le creyó o, más bien, nadie quiso creerle.

Jan Karski