
La ruta Jacobita
Uno de los mejores viajes que se pueden realizar actualmente y dadas las características de esta época, es sin duda la ruta Jacobita. Para poder realizarla en las mejores condiciones lo ideal es alquilar un coche que puedas recoger en el mismo aeropuerto y lanzarte a las carreteras escocesas por tu cuenta, con una planificación previa, un mapa y las localizaciones históricas que, auspiciadas por los bellos paisajes escoceses, harán que tu viaje sea un auténtico recorrido histórico en la soledad necesaria que marcan estos tiempos de distancia social.
El mejor modo de conocer Escocia es sin duda ese: alquilar un coche y perderse por los paisajes y los rincones tomándole el pulso a los acontecimientos históricos que, como sabemos gracias a infinidad de películas y series, abundan en este país.
La ruta Jacobita está formada por aquellos parajes en que se celebraron batallas y momentos reales de la llamada revolución Jacobita, auspiciada por el príncipe Carlos Eduardo Estuardo, conocido como Bonnie Prince Charlie, para tratar de recuperar el trono de su padre, Jacobo, de la casa de los Estuardo, que por aquel entonces estaba, y sigue estando en manos de los Hannover.

Historia
Descendiente de la famosa María Estuardo y de los distintos reyes católicos que pudieron reinar sobre las islas Británicas durante ese corto periodo de tiempo, fue sucesor de la no menos famosa Isabel I. Fue descendiente también de Jacobo II, el último rey escocés y católico de Inglaterra y depuesto en 1688. De ahí, de la reclamación de derechos dinásticos de Jacobo al trono de Inglaterra y Escocia por parte de sus seguidores, comienzan a llamarse Jacobitas.
Existieron tres levantamientos jacobitas en Escocia, pero el más conocido, sin duda por su trascendencia histórica y por lo que supuso para la sociedad escocesa de la época, fue el de Bonnie Prince Charlie, que alcanzó su máxima derrota en Culloden y llevó a Guillermo Augusto, duque de Cumberland e hijo menor del rey Jorge, a ser apodado El carnicero.
Desde sus respectivos exilios en París y en Roma, respectivamente, fueron trazando los planes y tratando de conseguir la ayuda necesaria por parte de los países católicos para intentar recuperar el trono que había pasado a manos de los Hannover. En 1774 Carlos había comenzado a trazar planes reales y a promover la unión de los distintos clanes escoceses para que le apoyaran en su levantamiento además de contar con el beneplácito del rey de España y de Francia para devolver el trono de Inglaterra al catolicismo. Este apoyo, sin embargo, contó con poco respaldo económico y militar, por lo cual, el levantamiento Jacobita dependía en gran medida de la fuerza y el convencimiento de los propios escoceses de las tierras altas, puesto que en las zonas de Escocia más cercanas a Inglaterra, donde la política de clanes no estaba tan arraigada, preferían seguir bajo la monarquía protestante del rey Jorge.

Ruta Jacobita
Se denomina Ruta Jacobita a todo el recorrido que se inició en Glenfinnan y terminó en Culloden, lugar de la tristemente famosa batalla.
Si en un principio has planeado hacer esta ruta llegando desde el aeropuerto y con coche, mi consejo es que antes de empezar a visitar los lugares históricos, hagas un alto en el camino de ida para visitar Loch Lommond, uno de los lugares legendarios y más queridos por los escoceses hasta el punto de dar nombre a una de las canciones tradicionales escocesas que los Highlanders tocaban con gaita antes de las batallas de la I Guerra Mundial.

Tras llamar al alzamiento a todos los clanes, Bonnie Prince, declarado regente para poder llevar los asuntos de la familia y de sus títulos, desembarcó en Glenfinnan un 19 de agosto de 1795 y desde allí reunió a las tropas para comenzar a marchar sobre Inglaterra y tratar de recuperar el trono para su padre, que seguía en Roma bajo el auspicio del Papa Clemente XI.

Glenfinnan es mundialmente conocido ser el lugar donde el tren de Harry Potter pasa cruza un magnifico viaducto, sin embargo, también es el lugar donde desembarcó Bonnie Prince Charlie, en el Loch Shiel. Fue en este lugar donde se alzó la bandera de los Estuardo y donde actualmente hay un monumento a los clanes que se levantaron a luchar por el modo de vida tradicional de las tierras altas y por tratar de poner un rey católico en el trono de Inglaterra. En él, una enorme columna de diez y ocho metros de altura, podemos ver la escultura de un Highlander con el kilt tradicional, algo que posteriormente estuvo prohibido.

La ruta debería seguir por Glencoe, de por sí un lugar para visitar por su impresionante paisaje, su agreste entorno natural formado por elevados picos y suaves valles, pero también porque, además, fue el lugar donde en febrero de1692 tuvo lugar la famosa Masacre de Glencoe, producida en el primer levantamiento Jacobita.
Desde allí, podemos desplazarnos para visitar el castillo de Dunstaffnage, construido por Duncan McDougal en el siglo XI. En 1308 fue conquistado por el famoso Robert de Bruce. Durante el tercer alzamiento jacobita de 1745 fue acuartelamiento dela tropas británicas, dejándolo como posible retirada desde Fort William. En este mismo lugar fue encarcelada Flora McDonald, la mujer que ayudó al Príncipe Carlos Estuardo a huir de Escocia tras la derrota de Culloden.

Fort William, muy cerquita también, es hoy en día una de las zonas deportivas por excelencia de Escocia. Situado en la carretera A82 que lleva directamente a Inverness, tiene los senderos que nos llevan a escalar el Ben Nevis, el pico más alto de Escocia con 1345 metros de altitud. En el centro de actividades situado en la montaña podemos practicar senderismo aunque no queramos escalar el Munro escocés.
Además, Fort William dispone de las mejores pistas de esquí de Escocia, con laderas de hasta 1190 metros para deslizarse en medio de unos paisajes realmente espectaculares. En esta ciudad podemos visitar también el castillo de Inverlochy.
Inverness es la capital de las Tierra Altas, de las Highlands escocesas. Situada en la desembocadura del rio Ness y muy cerca del lago, es uno de los puntos históricos principales del levantamiento jacobita. Desde allí, en pleno corazón de las Highlands y de la Escocia tradicional de clanes, podemos visitar Fort George, una guarnición militar del siglo XVIII, desplazarnos hasta el famosísimo Loch Ness y visitar las ruinas del castillo de Urquhart, uno de los más emblemáticos y conocidos.

Culloden es un lugar sobrecogedor aun hoy en día. Un páramo desierto y agreste, rodeado de desniveles y tierras pantanosas en donde tuvo lugar la batalla final entre Jacobitas e ingleses.
Desde el 14 de abril de 1746 las tropas de ambos bandos se concentraron en Nairm: los ingleses sumaban más de 8.000 soldados, mientras que los Jacobitas eran apenas 5.000 hombres, mal alimentados, agotados de andar por las montañas, mal pertrechados y sin formación militar. La diferencia de ambos ejércitos era abrumadora.
El 16 de abril dio comienzo la batalla que cambiaría por siempre la historia de Escocia. En tan solo una hora las tropas Jacobitas fueron masacradas muriendo más de 2.000 hombres en el mismo campo de batalla, el resto fueron heridos o hechos prisioneros, pero de todas formas, posteriormente ejecutados, bien rematados en el suelo de Culloden o fusilados en juicios sumarísimos.
Las represalias del Duque de Cumberland, ejecutando a todo aquel que hubiera tenido algo que ver con el alzamiento se mantuvieron no solo en los días posteriores, sino durante años, hundiendo para siempre el modo de vida escocés de clanes y obligando a exiliarse de forma definitiva al pretendiente al trono, que huyó de Escocia a través de la Isla de Skye vestido de mujer.
Hoy en día monumentos de piedra surcan el paisaje de Culloden en recuerdo de los hombres que siguen enterrados en sus tierras. En cada una de esas pequeñas piedras funerarias está grabado el nombre del clan al que pertenecieron e, invariablemente, al visitar Culloden, podemos escuchar una gaita rompiendo el silencio y tocando canciones prohibidas en honor de todos los caídos en el campo de batalla.
