Vivir la navidad en Estados Unidos es como estar dentro de una película. Bueno, muchas de las cosas que ves o sientes al viajar a este inmenso país es como estar dentro de ellas ya que el cine nos ha dejado muchísimos momentos imborrables en cientos de películas.
Nueva York, Washington o Filadelfia quizá sean lugares que todo el mundo conoce incluso sin haber estado allí, así que poder viajar, vivir los días navideños en esa ciudad, es como estar en un inmenso plató de cine, con escenarios reales, con lugares emblemáticos, con rincones que tienen un sabor realmente muy especial.
Inevitable pensar en Forrest Gump al ver este paisaje
El gran Obelisco que está situado en el centro de la ciudad es conocido como el Monumento a Washington y es una conmemoración al presidente George Washington, líder del ejercito que ganó la guerra de la Independencia contra los británicos, padre de la Constitución y redactor de la Declaración de la Independencia y primer presidente de Estados Unidos. Sin duda un personaje importantísimo en la historia de este país.
Sin duda Estados Unidos es un país que rinde homenaje a su historia y a sus personas relevantes. Era de obligación visitar el Cementerio Nacional de Arlington. Este cenmenterio es de carácter militar y en él están enterrados los veteranos de todas las guerras en que ha participado Estados Unidos, desde la Guerra de la Independencia o la de Sucesión hasta las de Afganistán o Irak.
Los terrenos donde se halla eran propiedad de un coronel confederado que los donó para que pudieran enterrar a sus compatriotas y está situado muy cerquita del Pentágono, a orillas del rio Potomac.
Las dos tumbas más visitadas son las del soldado desconocido y la de John Fitzgerald Kennedy. La tumba del soldado desconocido está situada en lo alto de la colina mirando a la ciudad de Washington. Inaugurada en 1932 la tumba tiene un guarda de forma permanente las veinticuatro horas del día, por lo que es interesante no perderse el cambio de guardia.
La tumba de John F. Kennedy, con su llama eterna
Tuvimos la tremenda suerte de que para los días que estuvimos en Washington la conocida Liberty Bell, la Campana de la libertad, que habitualmente reside en Filadelfia, estaba de gira en la ciudad, así que pudimos visitarla y hacernos unas fotos con ese pedacito de historia americana.
La Campana de la Libertad es uno de los símbolos más importantes de la historia de Estados Unidos. Tocó en 1776 llamando a los ciudadanos para la lectura de la Declaración de la Independencia y desde entonces es considerada un símbolo de la Independencia, de la abolición de la esclavitud y de la libertad.
Visitar Washington es visitar monumentos emblemáticos que componen la historia de este país. No podíamos irnos sin hacer fotos al monumento de Lincoln en su famosísimo trono de piedra.
Por supuesto es también obligatoria la visita al Capitolio y a la Casa Blanca, lugares emblemáticos y cargados de historia donde parece residir la democracia estadounidense.
Por supuesto el viaje dio para más visitas, como los museos y la visita a Nueva York, donde nos desplazamos en autobús porque es la forma más cómoda y rápida de hacerlo, pero eso será en otro post. Solo un consejo culinario sobre todo si vais con niños como nosotros, si vas a visitar el centro de Washington procura llevar bocadillos o algo preparado desde antes puesto que en la zona de monumentos es complicado encontrar sitios donde comer, ni siquiera puestos ambulantes de perritos calientes, y si quieres desplazarte, como hicimos nosotros de Nueva York a Washington o viceversa, el centro comercial que hay en la estación de autobuses es un buen lugar para comer una enorme hamburguesa con la que coger fuerzas para hacer el enorme recorrido turístico que os espera.
Anem de viatge 